En 1911, el arquitecto Enrique María de Rapullés y Vargas concluyó el extraordinario palacete que le había encargado el pintor Joaquín Sorolla, levantado en un solar que adquirió en una calle apartada, en cuesta, que descendía hasta la plaza de la Fuente Castellana, muy cerca de la Residencia de Señoritas. Todo era campo en derredor. Desde entonces se instaló el pintor con su inseparable esposa Clotilde, alma de muchas cosas en la vida de Sorolla. El enclave comprende un patio con acceso directo a la calle, hoy Paseo del General Martínez Campos, ruidoso y muy transitado, que constituye un joya en miniatura de jardín, donde prolifera de todo lo que diseñó personalmente Sorolla. A menos de 500 metros. en la calle José Abascal vivía y tenía su taller su gran amigo el escultor Mariano Benlliure.
La casa del pintor puede decirse que constituía una lujosa mansión de varios pisos y sótano. La levantó el arquitecto, que tuvo que hacer poco más, puesto que el pintor estaría permanentemente dando consejos y normas respecto a lo quería y cómo lo quería.
Aquí, en este compendio fotográfico, rindo homenaje al pintor valenciano, a lo que representa en la cultura universal y sobre todo a su entrañable museo hoy, que hacen las delicias del visitante que se impresiona por tantas cosas a su alrededor. (Todas las fotos aquí son hechas por mi)
