Isidoro Capdepón era el casi desconocido pseudónimo de Federico García Lorca. Recurrió a él en determinadas ocasiones, sin saberse muy bien en cuáles y por qué razones. En esta ocasión, Lorca arremetió contra el gran arquitecto Antonio Palacios Ramilo, constructor del Círculo de Bellas Artes, sencillamente porque no le gustó el edificio. También Valle-Inclán había criticado la obra. Aquí me limito a ofrecer el polémico como inusual soneto.
Soneto al eximio arquitecto Palacios, autor del portentoso edificio del Círculo de Bellas Artes (Madrid), que tiene la admirable propiedad de mantenerse todo sobre una pequeña columna
¡Oh, qué bello edificio! ¡Qué portento!¡Qué grandeza! ¡Qué estilo! ¡Qué armonía!¡Qué masa de blancura al firmamento para hacer competencia con el día!
La ciencia con el arte aquí se alía en tanta perfección, según yo siento,que en aqueste soneto sólo intento a mil enhorabuenas dar la mía.
En Guatemala existe un edificiode menor importancia en mi concepto,y no obstante tuvieron el buen juiciode nombrar general al arquitecto.
Mas en Madrid yo no he encontrado indiciode que piensen honrar a tu intelecto.
Ya lo sabes, Palacios, ¡gran patricio!, que a Babilonia antigua has resurrecto.
(Federico García Lorca bajo el pseudónimo de Isidoro Capdepón)