Pabellón que fue representación provincial de Álava
He aquí en una extensa colección de fotos propias lo que queda en pie del recinto conocido oficialmente por Feria del Campo, que ocupaba una parte muy extensa de la Casa de Campo. Hoy, de todo aquel esplendor regional y provincial español, casi no queda nada, salvo algunos pabellones que fueron arreglados y convertidos en restaurantes. Los demás o están cerrados entre alambradas o sencillamente casi derruidos. El enclave merece la pena visitarlo, al que se accede o bien por la Puerta del Ángel en la Avenida de Portugal, o bien vía metro de Lago. No ha sido posible identificar la gran mayoría de los pabellones por falta de información concreta y precisa. Todas las fotos son propiedad del autor.
La Feria del Campo era una exposición bianual de carácter internacional -sólo la primera fue nacional- que se inició en los años 50 y que se mantuvo hasta principios de los 70 que se celebraba en la Casa de Campo. Se trataba de un certamen al que acudían las distintas provincias españolas y algunos países americanos, trayendo muestras de lo mejor de la cabaña ganadera, productos agrícolas, cerámica, etc. Así como lo último en material agropecuario que se entremezclaba con los aperos tradicionales en los distintos pabellones provinciales. Todo esto se complementaba con concursos ganaderos donde se podían apreciar los mejores ejemplares de las distintas razas de ganado bovino, ovino…, bailes y música regional y la degustación de los productos típicos de cada provincia o región.
Estaba configurada como una mini ciudad con pabellones erigidos con arreglo a las características arquitectónicas de cada provincia o reproducciones de los monumentos más emblemáticos, como era el caso del Pabellón de Toledo con la Puerta Bisagra o de Zaragoza con la Puerta del Carmen o un hórreo asturiano, así como otros pabellones especializados en las industrias agrarias. Se dedicaba un día a cada provincia. Cada pabellón estaba atendido por paisanos ataviados con sus trajes regionales.
El resultado de ello es que en un día se daba un recorrido por toda la geografía española captando parte de su ambiente rural, folclórico y culinario, de donde se salía cargado de folletos, algún que otro recuerdo comprado y el estómago repleto de viandas y vinos autóctonos. Por unos días Madrid se adentraba en el campo español del que siempre ha estado un tanto de espaldas debido a su carácter industrial y administrativo (Datos de Wikipedia)